Fue la acompañante del rey empezando desde 2006 hasta su abdicación. Esta mujer alemana estuvo al lado del monarca durante muchos años, y fue la única de las relaciones que tuvo, donde no ocultaba mucho el apego que tenían. A parte de acompañarle por la vida, le acompañaba en los negocios y fue de contacto directo con muchos magnates famosos con los que tenía trato el Rey.
Sol Bacharach
Sol fue desvelada como una amante con la que se mantuvo una relación de tres años. Ella creo la asociación internacional United World College, y por este motivo visitaba my amenudo el palacio. Al parecer esta relación terminó de golpe y se escucharon rumores de que «tiene varios centros de desintoxicación porque ella ha sido alcohólica».

Bárbara Rey
Durante mucho tiempo mantuvieron relación, incluso se veían en un piso que el monarca tenia ocultado. Hay datos los que confirman, que después de la historia de amor, le ofrecieron 160 000 euros para mantener la relacione con el Rey sin revelar. Por parte de la chica hubo denuncia, ya que entraron a su casa a recoger material que podría confirmar esta relación.

Olghina de Era otro grande amor que tuvo Juan Carlos. Pero este era un sentimiento fuerte e inocente, porque el monarca todavía era un joven, que iba descubriendo los sentimientos. Fue su primer amor. Pero la monarquía obligaba a cumplir ciertas reglas, y desde luego no le dejaron tener nada serio con una chica simple, con sangre roja y no azul.

María Gabriela de Saboya
Esta mujer fue la testigo del encuentro del Rey con su futura esposa Sofía. La monarca griega también se estaba enamorando de otro hombre. Tampoco tenían mucho futuro, ya que era obvio que la partida perfecta para el era la Sofía.

Carmen Díez de Rivera
Se la conocía como ‘La musa de la Transición’, porque su papel fue decisivo para que el rey Juan Carlos nombrara a Adolfo Suárez presidente del Gobierno tras la muerte de Franco. Fue directora del Gabinete presidencial de Suárez, su mano derecha y la más reivindicativa. Muchos tenían puesta la mirada sobre ella porque además de sus dotes para la política y sus ansias de libertad para la sociedad, era una mujer muy atractiva. No solo el rey se dejó encandilar por su dorada melena sino también Francisco Umbral que le dedicaba tribunas en El País.

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